San Giovanni Antonio Farina invita a sus religiosas a dedicar a la acción educativa, lo mejor de sus energías físicas y espirituales hasta consumar en él su propia vida.
El ideal que anima a las religiosas, es el amor a Cristo, que “ nos ha amado tanto que ha dado su vida por nosotros”. Las Hermanas Doroteas están llamadas a responder a este amor con una entrega total que se expresa en el amor a los hermanos, a través del “ noble ministerio de la educación”.
El Símbolo del gran amor que anima a la educadora Dorotea es el Corazón de Cristo y el de María, su Madre. Del primero recibe el ardor y la fortaleza; de María, la ternura y la fidelidad
· Su estilo educativo refleja la contemplación de estos Sagrados Corazones y se traduce en:
- Benevolencia, paciencia, imparcialidad, mansedumbre, serenidad, alegría, amabilidad...
- Apertura de corazón que sabe reconocer y valorar los pequeños progresos de los alumnos
· Giovanni Antonio Farina sintetizó este ideal en el lema “ Suaviter et Fortiter”. En un discurso a sus religiosas educadoras así las exhortaba:
- “Os ruego que en vuestra tarea educativa pongáis la máxima dedicación y diligencia...”
- “En la educación, sed asiduas, constantes, activas...”
- “la primera y más importante cualidad de un educador es el amor... la enseñanza si no va acompañada del amor, no es suficiente para educar”
- “Lo más admirable de un educador es la imperturbable mansedumbre, la constante afabilidad, la continua paciencia, la serena alegría...”